Testigos afirman que los delincuentes estaban «nerviosos o drogados» y «no sabían manejar armas»

Testigos afirman que los delincuentes estaban «nerviosos o drogados» y «no sabían manejar armas»

Dos testigos aseguraron hoy que los dos delincuentes que asaltaron el colectivo de la línea 620 y mataron de un tiro al chofer Daniel Barrientos en la localidad bonaerense de Virrey del Pino parecían «nerviosos o drogados», «no sabían manejar armas» y «se abatataron» tras el crimen, por lo que huyeron en un auto que los esperaba en una calle paralela, que nunca se cruzó frente al transporte.

Las declaraciones, que ya constan en la causa que lleva adelante el fiscal de Homicidios de La Matanza Gastón Duplaa, fueron reproducidas esta mañana en Radio con Vos por la esposa del agente de la Policía de la Ciudad que se tiroteó con los asaltantes y por uno de los pasajeros que estaba a bordo del colectivo, quien se identificó como Guillermo.

«Subí al colectivo a eso de las cinco de la madrugada, llego a hacer dos paradas y suben estos dos delincuentes con arma en mano, gritaron ‘están robados, están robados, dennos todo, bolsos celulares’. Yo cuando vi las armas atiné a tirarme al piso y escuché disparos y vi que le habían disparado al colectivero», contó Guillermo.

Para el testigo, los asaltantes dispararon «por nada», ya que «el colectivero no hizo ningún movimiento brusco».

«Ellos disparan y medio que se abatatan y bajan del colectivo. Ni bien bajan, salen corriendo hacia una calle paralela a la que quedó el colectivo parado y ahí mi vecino (por el policía de la Ciudad) les tira y creo que hirió a uno», agregó.

Consultado sobre por qué creen que los asaltantes mataron al chofer, Guillermo dijo: «Porque no estarían en sus cabales, estarían drogados, no sé. Se están diciendo un montón de barbaridades, pero la verdad es que ellos dieron la seña de parada como de gente común y nosotros, que en ese horario nos conocemos todos, vimos cómo estos muchachos subieron encapuchados».

«Como vecino y ciudadano estamos cansados (…) estamos a la espera de ver a quién le toca», concluyó.

Por su parte, María, esposa del policía que se tiroteó con los delincuentes cuando huían, hizo un relato coincidente con el de Guillermo en base a lo que le contó su esposo y lo que vio cuando llegó a la escena del hecho, que es a pocas cuadras de su casa.

«A las 4.55 escucho un par de tiros, vivo a dos cuadras del lugar, llamó a mi marido porque había salido a hacía dos minutos, me atiende y me dice que llame a la ambulancia de urgencia y a la policía que le habían disparo al chofer», recordó la mujer.

Y continuó: «Me dijo que se enfrentó a dos delincuentes. Le pidieron los celulares a los pasajeros, que eran 10 y el otro a la mujer que estaba con su hija. Automáticamente, uno se dio vuelta y le tiró al chofer».

«No sé si se asustó, pero parecía que no sabía manejar el arma. Manotea la mochila de la señora y salen a correr los dos. Ahí mi marido, que no se había identificado arriba, baja unos escalones, se identifica, dispara y los delincuentes responden. Si eso pasaba dentro del colectivo era una masacre», describió.

María dijo que los dos delincuentes corrieron hacia la esquina, donde había un auto que los estaba esperando y en el que escapan: «Es mentira que cruzaron un auto adelante del colectivo», aseguró.

La mujer explicó que el lugar donde sucedió el hecho es «un barrio de delincuentes porque vienen de otros lugares y roban al voleo y van al fondo donde hay un bunker para comprar droga».

Sobre el asesino del chofer, manifestó que el que disparó «o no sabía manejar el arma o estaba drogado o estaba nervioso o para ellos, los delincuentes, es matar o matar».

Fuentes judiciales consultadas por Télam ratificaron que por el momento ninguno de los testigos que declararon en la causa dijo haber visto que un auto se cruzó frente al colectivo y que tampoco se ve nada así en los videos analizados en el marco de la pesquisa.

Por su parte, el fiscal Duplaa continúa recolectando evidencias para resolver la situación procesal del primer detenido por el hecho, Alex Gabriel Barone (19), quien fue indagado ayer y negó los cargos en su contra.

Este joven quedó hoy formalmente detenido por disposición del Juzgado de Garantías 1 de La Matanza como imputado de «homicidio criminis causa, agravado por el uso de arma de fuego, en concurso real con robo agravado por el uso de arma de fuego», en calidad de «coautor».

En tanto, el segundo aprehendido, Gabriel Alejandro Barone (24), era indagado esta tarde por el fiscal Duplaa, quien lo acusa de los mismos delitos que al primer sospechoso y ya solicitó a Garantías su detención formal.

Este Barone fue detenido ayer por la tarde tras un allanamiento realizado en una vivienda ubicada en Ascasubi y Valentín Gómez, de Gregorio de Laferrere; mientras que al anterior acusado lo apresaron el lunes, también en La Matanza.

El joven de 19 años, que tiene antecedentes por robo agravado en 2019, ya fue identificado por un testigo en una rueda de reconocimiento.

En el marco de la causa, la familia del colectivero está representada por el letrado Alfonso Franze, quien ayer negó que el crimen haya tenido connotaciones políticas y aseguró que fue una situación cotidiana de «inseguridad».

El crimen ocurrió el lunes pasadas las 4.30, cuando dos delincuentes abordaron el colectivo en la parada ubicada en el cruce de Bernardino Escribano y Cullen, del barrio Vernazza.

Bajo amenazas con armas, los ladrones le robaron la mochila a una pasajera y luego dispararon contra el chofer a pesar de que no ofreció resistencia, quien murió en el lugar.

Luego del crimen, choferes de 86 líneas de colectivos de la zona oeste del conurbano, convocados por la Unión Tranviarios Automotor (UTA), iniciaron una medida de fuerza y realizaron cortes en reclamo de seguridad sobre la ruta 3 y la avenida General Paz, a la altura de Lomas del Mirador.

Fue allí donde el ministro Berni fue agredido por los choferes, que lo insultaron, apedrearon y golpearon con puños y patadas, por lo que debió ser retirado del lugar por personal de Infantería de la Policía de la Ciudad y asistido en el Hospital Churruca por una fractura de cráneo y hundimiento de la órbita ocular.