Dos policías acusados de torturar a dos jóvenes y abusar sexualmente de unos de ellos tras haberlos detenido por un presunto robo en una iglesia cometido en mayo de 2020 en la ciudad rionegrina de Cipolletti, comenzaron hoy a ser sometidos a un juicio oral en el que uno de los imputados se declaró inocente, informaron fuentes judiciales.
Se trata de dos efectivos de la comisaría 45ta. del barrio Anai Maipú, de dicha ciudad del Alto Valle de Río Negro.
El Ministerio Público Fiscal (MPF) rionegrino informó que el debate comenzó esta mañana ante el tribunal de Cipolletti, integrado por los jueces María Florencia Caruso, Marcelo Gomez y Sonia Martín.
El hecho ventilado en juicio ocurrió la madrugada del 17 de mayo de 2020 cuando dos jóvenes ingresaron con aparentes fines de robo a una iglesia del barrio Anai Maipu que está ubicada en el mismo predio en el que reside uno de los policías acusados.
De acuerdo a la acusación del MPF, «los uniformados habrían ejercidos malos tratos, golpeando a una de las víctimas mientras se encontraba reducidas. Además, habrían abusado sexualmente de una de ellas cuando permanecía boca abajo y sin posibilidad alguna de agredir a los uniformados».
Para el MPF, esto se encuadra en un hecho de «torturas», a lo que adhirió el abogado de la querella, Rafael Cucchinelli.
Durante los alegatos de apertura, el fiscal jefe, Santiago Márquez Gauna, consideró que «claramente hubo un exceso, un accionar incorrecto»; y sostuvo que en el caso «hay dos personas que se creyeron por encima de la ley, creyeron que encarnaban la ley y que estaban autorizadas a hacerle ‘sentir el rigor’ a una persona detenida».
La defensa particular que representa al acusado que residía en el predio donde se produjeron los hechos consideró que la acusación no podrá ser probada más allá de toda duda razonable y adelantó que solicitará la absolución de su cliente.
Mientras que la defensora oficial del restante imputado sostuvo que durante el debate quedará acreditado que el hombre no participó del hecho porque «no se encontraba en el lugar cuando se produjeron las lesiones».
Justamente, este acusado declaró en la primera jornada de debate explicó que él recibió un llamado de alerta por radio de parte de un integrante de la fuerza y por ello concurrió al predio donde funciona la iglesia presuntamente asaltada.
Este efectivo contó que al arribar las víctimas ya había sido «reducidas y que una de ellas tenía un gran charco de sangre en cercanías de su cabeza».
También agregó que su compañero le indicó «que no lo asista porque creía que el joven iba a perder la vida en el lugar».
Finalmente mencionó que llegaron más integrantes de la policía al lugar, así como también los jefes de las unidades y el fiscal en turno.
En tanto, en esta audiencia declaró además los médicos que certificaron las lesiones sufridas por las víctimas del hecho y confirmaron la «agresión sexual» en perjuicio de una de ellas.
