Advierten que el kilo de pan debería costar unos 4.000 pesos

Los panaderos de Argentina han propuesto un nuevo incremento en el precio del kilo de pan, una medida que refleja las crecientes dificultades económicas que enfrenta el sector.
El kilo de pan podría sufrir un nuevo aumento. Así lo manifestó el presidente de la Federación Industrial Panaderil de la provincia de Buenos Aires, Raúl Santoandre.

Según el dirigente, el valor del kilo debería ser $4.000 debido a que se registran incrementos en los insumos y en los huevos. La materia prima que utiliza la industria panaderil «no tiene relación con los aumentos que dice el Indec en base a la inflación».

«El panadero es el que da la cara ante el consumidor», lanzó. «El kilo de pan debería estar alrededor de los $4.000, pero lamentablemente está muy por debajo de ese precio», agregó.

El kilo de pan en la actualidad se vende en un promedio de $2.500,
Según representantes de diversas asociaciones, como el Centro de Industriales Panaderos, el ajuste responde al alza sostenida en los costos de producción, incluyendo materias primas como la harina, los servicios públicos y los salarios de los trabajadores.

El aumento sugerido no solo impactará el precio del pan, un alimento básico en la dieta de los argentinos, sino también el de otros productos panificados como facturas y sándwiches de miga.
Además, aseguró que «el gran problema» se registra en el rubro de confitería. «Muchas panaderías no tienen bombones, masas secas y/o finas, porque si no las vendés es una pérdida del 100 por ciento»,
Por otra parte, Santoandre remarcó que «el cajón de huevos está $85.000 y nosotros necesitamos esa materia prima para todo lo que es dulces, también la factura utiliza este producto. Ahora vienen las Roscas de Pascuas y es incomprable un cajón de huevos».

Los panaderos argumentan que, sin este ajuste, muchas panaderías corren el riesgo de cerrar, un fenómeno que ya se ha observado con la clausura de 170 establecimientos desde diciembre pasado, según datos del sector. La caída del consumo, que ha disminuido hasta un 45% en algunos casos, añade presión a una industria que lucha por mantenerse a flote.

Este panorama se complica aún más con la eliminación del Fondo Estabilizador del Trigo Argentino, que anteriormente subsidiaban la harina para mantener precios accesibles. Sin esta herramienta, los costos se han disparado, y los panaderos advierten que podrían verse obligados a realizar ajustes semanales si la situación no mejora.